25.11.08

Quiero pensar que gracias al carácter efímero de las cosas, a veces nos sentimos inmortales

Como si de la esencia de la vida se tratara, tus sentidos no pueden negarse a la evidencia. Ese primer impacto te ha tocado, te ha cautivado, te posee y hará que durante un instante olvides el mundo que te rodea.

En su primera ráfaga, esa peligrosa oleada aromática, te ha marcado a fuego lento. Las fragancias sin ir mas lejos no son poseidas sino que poseen. Como decia antes, ya te tiene, ese aroma dulzón, similar a la exquisita fragancia de la canela. Se transforma por momentos en un delicado placer.

Y no es un dicho, sino un hecho, las fragancias dominan el mundo, sin hacer demasiado escándalo, se apoderan de tus fantasías más ocultas. Es irónico, rayando en lo hilarante, en pleno siglo XXI donde lo visual impera, nadie absolutamente nadie en su sano juicio pueda negar la fuerza del aroma. Los hay tantos y tan diversos. Los hay tan marcados y tan ligeros, escurridizos y penetrantes. Los hay incluso de colores porque las asociaciones funcionan.

Los aromas son efímeros por naturaleza, y eso nos recuerda una vez más que nada dura eternamente. Es por eso que el aroma en si, se convierte en el mejor exponente de una determinada certeza.Hay una realidad implacable en nuestra sociedad. En la sociedad donde se da todo por sentado y donde hay valores que se perpetuan en el tiempo. Valores que se repiten sin cesar en una cadena imparable de acontecimientos rutinarios.

La verdad es sencilla:
lo efímero adquiere belleza propia, belleza única por así decirlo. En un determinado momento del tiempo y del espacio. Brilla con luz própia en una llamarada incandescente que dura tan solo unos instantes. Tal y como brillan estos versos en mi mente, durante el tiempo que ocupe en crearlos y olvidarlos

El aroma es el perfecto exponente de lo efímero, un olor a veces dura un instante. Y a menudo un instante es más que suficiente para saber que algo es jodidamente bueno.

Miguel

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